Cuando empezamos en el mundo del Social Media como Community Managers a todos nos seduce la cantidad de información que se comparte a través de los distintos canales, y, al principio, nos cuesta mucho trabajo, aunque claro está, a algunos más que a otros, pasar del leer al interactuar.

Generalmente, nuestros inicios en Redes Sociales son tímidos, nos cuesta zambullirnos por completo, pero, cuando nos decidimos a participar lo hacemos con todas las de la ley.

Una vez ya estamos dentro, a todos nos encanta ver que nuestra información y que el contenido que creamos se comparte, que a los demás les interesa y lo viralizan, y nos encanta que otros usuarios nos den Follow Friday y nos recomienden en las distintas plataformas sociales.

Está bien, de hecho no sólo es recomendable, sino imprescindible, crear contenido de calidad y compartir contenidos de terceros que añadan valor a nuestra comunidad, ya que, como Community Managers, una de nuestras tareas principales será precisamente esta, crear comunidades en torno a las distintas marcas de nuestros clientes mediante el contenido y la interacción.

Pero, con frecuencia son muchos los que olvidan que para hablar antes hay que escuchar. ¿Qué sería una conversación en la que los únicos que hablamos somos nosotros? Un monólogo. Y el Social Media no es eso. Es bidireccional, un canal en el que hablamos y escuchamos.

Es un imperativo para nosotros como Community Managers escuchar a nuestra audiencia, saber qué quieren, qué esperan de nosotros, qué contenido quieren que les proporcionemos, conocerlos igual que conocemos a nuestros amigos e interesarnos por ellos, ofrecerles nuestra ayuda siempre que la necesiten, y sin necesitarla, también.

Necesitamos escuchar lo que otros dicen de nuestra marca, saber exactamente dónde, cómo y quién habla de nosotros, puesto que esto nos puede sacar de más de un aprieto. Las crisis de reputación se pueden producir por muchísimos motivos, pero uno de los más comunes es el no monitorizar, con lo que no detectamos fuegos que podamos apagar antes de que se conviertan en incendios graves y que puedan perjudicar a nuestra marca.

Existen muchas herramientas que nos permiten realizar esta tarea, tanto gratuitas como de pago, que debemos elegir en función de nuestras necesidades, pero, si estamos empezando a crear nuestra marca personal o no gestionamos las cuentas de grandes corporaciones, probablemente, nos bastarán las gratuitas.

Una buena opción para monitorizar nuestra presencia online es Monitter, que nos permite introducir varias palabras de búsqueda y seguirlas en Twitter y es muy fácil de utilizar. Otra opción que podemos elegir es, si queremos monitorizar blogs o marcas es usar Google Blog Search, herramienta muy útil y donde lo único que tenemos que hacer es introducir el término de búsqueda en el cajetín, pero, sin duda, Hootsuite es una de las herramientas para monitorizar nuestros perfiles de Twitter y de gestionar nuestras cuentas.

Lo que está claro es que las herramientas las elegimos en función de nuestras necesidades, podemos elegir la herramienta que más se adecue a nuestras necesidades, valga la redundancia, pero no podemos caer en el error de no saber qué se está diciendo de nuestra marca. Es algo que tenemos que tener controlado en todo momento para evitar males mayores.

Escuchar para poder actuar. Esa es la cuestión.

¿Y tú, monitorizas?