Ya hemos hablado muchas veces de la importancia del marketing de contenidos para las distintas empresas y marcas. Es, sin lugar a dudas, una de las apuestas más seguras que pueden realizar las marcas para posicionarse como expertos dentro de su nicho de mercado.
Sin embargo, a pesar de que hay muchísimos artículos explicando cómo hacer un buen post, aún encontramos posts que no cumplen su cometido, puesto que, aunque a priori pueden resultar interesantes, hay algún elemento que no es correcto, ya sea la forma en la que está redactado, el título, el vocabulario empleado, o, por qué no, el marco en el que está publicado.
Para tener un post redondo necesitamos que todos estos elementos estén en total y absoluta armonía. Continente y contenido.
Así pues, el título de un post es uno de sus elementos más importantes. No olvidemos que todos andamos con prisa por nuestro trabajo, por lo que tenemos que ser selectivos sí o sí respecto al contenido que consumimos, y esa selección, en gran parte, la hacemos gracias al título, que nos permite dilucidar si nos va a interesar o no el artículo que tenemos delante. Por lo tanto, a la hora de crear el título, es preciso que pensemos cuál es la idea principal del post y lo reflejemos con una frase que sea capaz de atraer la atención, que sea llamativo y pegadizo a la vez que descriptivo.
Pero no es fácil, hay poner los cinco sentidos en esta tarea.
A pesar de que el estilo para escribir un post suele ser libre por la propia idiosincrasia de la misma blogosfera, una pequeña introducción al tema que vamos a abordar antes de entrar en él de lleno, mete a los usuarios en situación y les da tiempo a irse haciendo una idea de lo que van a encontrar en el párrafo siguiente. En este apartado, por decirlo así, podemos mencionar la importancia del tema del que vamos a hablar y porqué lo hemos elegido, por ejemplo.
Una vez entramos en materia, es muy importante abordar el tema en cuestión de una forma objetiva, con datos y ejemplificando lo máximo posible, puesto que los ejemplos son una forma de hacer un post muchísimo más claro y más visual. Es necesario que establezcamos una estructura, decidir qué temas secundarios vamos a englobar dentro del principal y organizar nuestras ideas de una manera lógica y secuenciada, saber si vamos a ir de lo concreto a lo global o viceversa, así como decidir el estilo que vamos a utilizar.
El post perfecto debe tener un toque personal, de cercanía pero, eso sí, siempre profesional, haciendo que el lector se enganche sin necesitar los diez segundos famosos.
¿Ya tienes el post perfecto?
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