Las Redes Sociales se han convertido en un terreno en el que las marcas se vuelven altamente competitivas, debido a la importancia capital de la diferenciación para tener éxito en ellas.

Algo a lo que muchas marcas y profesionales aspiran como medio de sobresalir por encima de los demás es conseguir muchos seguidores y fans, algo que se puede volver en nuestra contra si no somos capaces de gestionarlos de una manera adecuada, dando por hecho que los usuarios deben seguirnos, simple y llanamente, porque tenemos cuenta en Twitter y en Facebook.

Nada más lejos de la realidad.

Está comprobado que los usuarios siguen a una marca porque ésta les aporta valor, contenido de calidad que no pueden encontrar en otro sitio, y el hecho de que nos sigan habiendo tantísimo contenido en la web es, realmente, digno de agradecer.

La comunidad es quien nos aúpa o quien nos derriba, motivo por el que debemos agradecer sinceramente a todos y cada uno de los usuarios el que lean y compartan el contenido que creamos. Además, la comunidad es una fuente muy importante de información, ya que gracias a su interacción con nosotros sabemos lo que les gusta, lo que no les interesa, en una palabra, sus preferencias y es fundamental darle la importancia y el lugar que les corresponde, que no es otro que el más importante.

Es gracias a la comunidad que existen profesionales como los Community Managers o los Social Media Strategists o Managers, pues su labor, tanto la de unos como la de otros, tiene un destinatario final claro, la comunidad, mucho más allá de la propia empresa.

Aún hay muchas personas que no entienden esto y enfocan su estrategia en Redes Sociales de un modo incorrecto: de cara a conseguir beneficios olvidándose totalmente de que lo que nos va a proporcionar beneficios reales es la relación, el engagement con nuestros potenciales y reales clientes, con nuestra comunidad.

Por lo tanto, de bien nacidos es ser agradecidos. Dalo todo por el cliente, por la comunidad, ella es el alfa y la omega, el principio y el fín.